sábado, 18 de octubre de 2008

FRÁGILES


Ahora que por fin, tirios y troyanos dejan de serlo y se ponen de acuerdo, ya podemos “mentar a la bicha” y darle sosiego a nuestro espíritu: estamos en crisis.
Volvemos a vernos anegados por la crisis número nosecuantos que sufre el aplaudido, venerado, idolatrado (y muchos mas etcéteras) sistema capitalista, del que queramos o no, con nuestro consentimiento o sin el, formamos parte.
Es curioso como este sistema, con una facilidad pasmosa, nos hace partícipes de sus desventuras, evidentemente con una solidaridad impuesta, para luego girarnos la cara, como muestra de su dominio, cuando los vientos le son favorables y no les importa lo mas mínimo hablar de moderación salarial, en forma insultante, cuando sus beneficios son difíciles de asimilar. Y la pregunta sigue estando en el aire ¿para cuando una moderación de beneficios? Pero lo que nos ocupa ahora es la milmillonesdevecesrepetida crisis.
Ya ha llegado el momento del bombardeo de cifras, datos, gráficos y del yalodeciayo. Pero hay algo realmente espantoso detrás de estas situaciones coyunturales y son las situaciones personales, las situaciones familiares, en definitiva las situaciones humanas francamente difíciles, que estas épocas siembran y que en demasiadas ocasiones ya no se recogen. Y lo peor de todo es que tenemos una resignación agustino/paulista ante el hecho y tenemos tan asimilado el que esa penitencia va indisolublemente ligada a nuestra condición de trabajadores, que asumimos que es tan imposible poner remedio a esta situación, como intentar parar la mar con nuestras manos. A veces vemos mares inmensos cuando estamos a la orilla de un río.
Me pregunto en ocasiones, si cuando otorgamos a alguien el calificativo de trabajador/a no lo hacemos única y exclusivamente cuando hablamos de un asalariado/a. Y es a este colectivo donde dirigimos el 99,9% de nuestros esfuerzos sindicales, olvidando a veces de forma involuntaria, que cuando más atención, dedicación, ayuda, respaldo.... necesita un trabajador es cuando deja de ser un asalariado para pasar a ser un trabajador desocupado. Luchamos de forma brava para que los trabajadores asalariados lo estén en forma digna y lo más alejados posibles de las cifras de desempleo. Pero ¿y cuando ese desempleo aparece? Somos frágiles. De una fragilidad humillante.
Desde que una persona busca su primer empleo hasta la fecha de su jubilación,(cuando esta se disfruta en condiciones económicas dignas) el trabajador ha de estar respaldado por un sistema social que garantice su integridad. Y esto desafortunadamente ni lo tenemos, ni aparece en ninguna agenda.
Decía el profesor Aranguren (admirado profesor) que las personas que tienen conciencia de una ética colectiva, han de luchar por proporcionar al individuo las herramientas necesarias para vivir en libertad, y que forma parte de esta libertad el que las utilice o no.
La conciencia de esta ética colectiva está presente en cualquier rincón de la Unión General de Trabajadores.
Las imágenes que nos ofreció el canal ugt tv con motivo de la visita de algunos de los integrantes del National Clarion Cycling Club de Glasgow a nuestra sede de Ramblas fue emocionante. Las palabras de su presidente Charles Jepson no lo fueron menos. El mensaje de que no son los gobiernos, sino los trabajadores y sindicatos como nuestra UGT quiénes realmente están, han estado y estarán en la lucha.
El ya próximo octubre dará comienzo el III Congrés sindical en línia abierto al debate y donde os animo a que participéis y debatamos este y otros temas, que puedan ser llevados al XIII Congreso de la UGT de Catalunya.
Para que nos vayamos familiarizando con el escenario de los debates, tenéis enlace (http). Los temas propuestos no son definitivos. Este que habéis leído en este post considero que podría tener cabida.

Paco Fernández, septiembre 2008

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