domingo, 19 de octubre de 2008

CORBACHO, EL ERE y viceversa


Las declaraciones de Celestino Corbacho, actual Ministro de Trabajo e Inmigración (quién le iba a decir a España que tendría que dedicar un ministerio a la inmigración) dando su opinión a Europa Press a propósito de la figura jurídica del ERE (Expediente de Regulación de Empleo) han causado tanto desconcierto dentro de las filas “progresistas”, que poco mas o menos, se ha demonizado al anterior Alcalde de L’Hospitalet de Llobregat. ¿Cómo es posible que un Ministro de Trabajo socialista defienda el despido? dicen unos. Le baila el agua a la patronal, dicen otros.
Nunca he sido un defensor a ultranza de los postulados del socialismo parlamentario, y aquí hemos de dar toda la amplitud que lleva implícito el término socialismo. Soy y me considero socialista, reiterando la amplitud del término, por eso me permito alzar mi voz crítica cuando alguna de sus políticas no me convencen, y por supuesto defender aquellas que en justicia son acertadas.
Las palabras de Corbacho no son mas que opiniones, y es una verdadera pérdida de tiempo el debatir opiniones. Pero viniendo de un Ministro de Trabajo, y refiriendose a temas laborales,estas opiniones cobran relevancia. Así que vamos a ello.
A todo esto ¿qué dijo Corbacho?. Esta es la noticia publicada:

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se mostró hoy partidario de utilizar los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) como instrumentos para superar una determinada coyuntura económica y resolver los problemas.

"No tengo una opinión negativa" sobre estos instrumentos, dijo Corbacho, porque aplicados "correctamente" ayudan a la ciudadanía, añadió.

Vamos a leer sus palabras con atención. El que Corbacho diga que “el ERE es una es un instrumento válido para superar una determinada coyuntura económica” no es ningún disparate y mucho menos en la situación actual, donde los empleadores están ejerciendo todo tipo de presiones para el recorte de los derechos laborales. Donde los empleadores están pidiendo a voces el abaratamiento del despido para así superar “su” coyuntura. Donde los empleadores no quieren ver alterada su cuenta de resultados y les importa un carajo el poner en la calle a cuantas familias hagan falta (siempre que no sea la suya). Donde el empleador no quiere verse en el trámite de pasar cuentas de sus despidos ante la autoridad laboral, mediante un ERE (que no siempre le es favorable) y donde estaremos los Sindicatos enfrente, por lo menos UGT. Donde los empleadores han de demostrar que de esos hipotéticos despidos depende la viabilidad de su negocio. Donde los empleadores han de negociar previamente esos despidos con sus empleados. Donde en un número significativo de ocasiones, estos ERE’s no suponen una solución tan traumática para los trabajadores ( prejubilaciones, jubilaciones anticipadas, bajas incentivadas, etc...), como lo sería en otras circunstancias.
Por esto y por otras tantas razones, a los empleadores no les acaba de gustar el ERE. Por esto piden una mayor flexibilidad laboral. Por esto no pararan hasta conseguir una reforma de la legislación laboral hecha a su medida (siempre que nosotros se la consintamos) Por esto cuando a Corbacho se le presentan estas exigencias por parte de los empleadores, Corbacho dice en relación al ERE: No tengo una opinión negativa sobre estos instrumentos porque aplicados correctamente ayudan a la ciudadanía”.

Celestino, en estos términos, estoy totalmente de acuerdo contigo.

Paco Fernández, octubre 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades por los contenidos del Blog. Tal y planteas este artículo, yo también estoy de acuerdo. Pero ¿no deberíamos plantearnos otras alternativas a los ERES que sean mejores para los trabajadores/as?. Acaso un ministro no debería plantear otras alternativas de izquierda real, que pasen por defender los puestos de trabajo, y no por "negociarlos en las peores posibles"?. ¿No sería mejor sentar las bases para proteger la industria, y el gestor de la industria, si se quiere ir que se vaya, pero la nave, las maquinarias la tecnología y todas las subvenciones recibidas durante años deberían ser nacionalizadas (palabra prohibida a no ser que a quien se ayude sea a la Banca)para mantener la actividad y por supuesto los puestos de trabajo.
En fin, hay queda esa reflexión (un tanto utópica si quieres), pero que debería marcar la estrategia de un socialismo (también en sentido amplio).

Reitero mis felicitaciones por este blog. Ánimo.

Baltasar Santos