sábado, 18 de octubre de 2008

EXPEDIENTE X



Hasta fechas recientes, la comunidad científica presentaba como hecho probado el que el ser humano utiliza un porcentaje escaso del total de su capacidad cerebral. Aún y así esta infrautilización de nuestra capacidad cognitiva no ha sido freno condicionante para ostentar el dudoso titulo de especie dominante. Quizás dentro del proceso evolutivo de nuestra especie, hemos llegado a desarrollar justa y necesariamente la capacidad que nos era precisa en nuestra lucha por la supervivencia como especie. Se nos presentaban teorías, a cual más disparatada, de lo que el ser humano sería capaz de realizar, una vez supiese administrar y hacer uso de ese porcentaje “dormido” de su consciencia. Pues bien, parece ser que la propia comunidad científica esta desmontando estas teorías o al menos, disminuyendo de forma significativa ese porcentaje de capacidad cerebral del que teóricamente no hacemos uso. Es evidente que nuestro sistema neuronal difiere del resto de las especies. Seguro que tenemos alguna neurona más que los caballos y esta nos hace controlar e impedir el que caguemos cuando andamos.
Posiblemente solo tengamos “dormida” esa parte de nuestro cerebro que nos impida el aprender de nuestros errores. Yo creo que no es que la tengamos dormida, sino que la tenemos en un estado vegetativo que ríete tu de las coles lombardas.
Esta puede ser una explicación a la actitud que hemos mantenido durante el tiempo en el que el conflicto de los trabajadores de TMB de Barcelona ha estado en primera línea sindical. Ante una reivindicación laboral mejor o peor planteada, hemos optado por posicionamientos ambiguos, que quizás alguien pueda justificar. Y ese alguien, de existir dentro de nuestro Sindicato, un Sindicato de clase, debe de dar explicaciones. Ha habido posicionamientos gemelos en otros sindicatos, pero los posicionamientos de otros que se justifiquen en su casa.
Quizás lamentablemente estemos al límite de nuestras capacidades y no sepamos ver el que en este conflicto laboral, como en todos los demás en los que la clase trabajadora reivindica sus derechos, hemos de estar en primera línea, como estamos afortunadamente en casi todas las ocasiones.
Pero al margen de capacidades, que dudo que sea nuestro problema, se puede interpretar que nuestro posicionamiento derive de lo que estoy seguro que no es; de posicionamientos políticos corporativistas.
Todos dentro de nuestro Sindicato sabemos y aceptamos el que los objetivos de los partidos políticos no son los objetivos de los sindicatos de clase, por lo tanto opción descartada.
La definición de los políticos mas acertada de las que tengo conocimiento, la dio en su día el profesor José Luis Aranguren en su obra “Ética y Política”, de la que por cierto os recomiendo su lectura. Escribía Aranguren que los políticos son los “sacrificadores profesionales de su conciencia”. Pero nosotros estamos indudablemente limpios de complicidad con ellos, en cualquiera de sus grados. Dudo que exista algún sindicato de clase colaboracionista, o que limite su función a la mera oposición verbal, y mucho menos que se esconda tras el silencio; o por lo menos quiero dudarlo. Y por supuesto la Unión General de Trabajadores está fuera de toda sospecha. Y es nuestra solemne obligación que continúe siendo así.
No solo por mantener las siglas de la UGT en el lugar histórico que se merecen, sino además, porque no seremos nosotros quienes perdamos de vista a quienes nos debemos.



Paco Fernández, abril 2008

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