jueves, 26 de agosto de 2010

REFORMA EMPRESARIAL


Reivindicar un cambio en profundidad en el modelo productivo español, puede llevarnos al equívoco, a la clase trabajadora como productores de base , de que lo que se reclama, sea una especie de reciclaje intensivo de la mano de obra de este país, porque es ahí donde alguien puede identificar una parte sustancial de responsabilidad, en la destrucción masiva de puestos de trabajo, cada vez que el mercado da un bandazo.

Nada más lejos de la realidad. Sería absolutamente tergiversado el motivo, por el cual es imprescindible esta, llamémosle, reforma empresarial.

No hace falta que nadie nos explique cuales son las consecuencias directas sobre el empleo, que esta épocas de crisis del sistema generan. Pero ¿nos preguntamos porqué?. Es mas; toda época de crisis viene precedida sin remisión, de una época de bonanza, de beneficios, de creación de empleo. En tal caso, ¿por qué se destruye con tanta facilidad lo construido?. ¿A que se debe esta vejatoria fragilidad?.

Indudablemente cada uno de nosotros, si hacemos un ejercicio de reflexión, encontraremos motivaciones que nos ayuden a encontrar respuestas a lo que planteo.

De lo que no me cabe la menor duda, es de la imperiosa necesidad de este cambio de modelo.

Podemos encontrar respuestas, porque las hay, en la Historia reciente de este país. En España, o no existió o fracasó la revolución industrial. Yo me inclino mas a que no existió. Y de ahí viene el que todavía hoy, prime por encima de todo el mundo financiero, en contraposición al industrial. Todavía hoy podemos seguir preguntándonos porque seguimos acogiendo, como sociedad, con tanto entusiasmo la figura del banquero, del especulador financiero y se resta importancia al empresario real. Incluso los propios empresarios, se sienten jerárquicamente inferiores ante el mundo financiero.

¿ Disponemos en este país de lideres industriales con grupos internacionalizados? Yo no los conozco. Lo único importante, medido en término de país, son los grandes bancos. En España no existen grandes grupos industriales, capaces de competir en mercados internacionales. La pobreza de nuestro tejido industrial es evidente.

Si en algún momento pretendemos jugar un papel de importancia en el concierto europeo solo será desde la creación de grupos industriales competitivos capaces de dar la réplica en Europa. De lo contrario, la devastación industrial en nuestro país esta servida. Y con ella, la solidez y la estabilidad en el empleo. Nuestro desarrollo industrial ha sido mas tardío y mucho mas débil que en los países de nuestro entorno. Pero el mundo financiero no ha de ser mas que un instrumento para el impulso industrial. Para la creación de una industria fuerte, capaz de lanzar proyectos en un entorno competitivo. Y ese es el camino que deberían seguir las políticas económicas gubernamentales.

La inversión extranjera en España en los últimos treinta años ha sido masiva. Pero en un sistema como el actual, con la fluidez que tienen las corrientes económicas y financieras, el elemento decisivo no es solo el disponer de los recursos, sino la capacidad de emplearlos y la aptitud de utilizarlos adecuadamente en la creación de proyectos empresariales sólidos ante los vaivenes del mercado, y que por lo tanto generen estabilidad en el empleo.

Desafortunadamente, no es ese el tejido industrial español. Disponemos de un empresariado dispuesto ha hacer buenos negocios, irremediablemente artificiales por su falta de solidez Y es precisamente esa artificialidad y falta de solidez lo que convierte a la economía productiva de este país, en la casa de los tres cerditos, que cae con un soplido, siendo nosotros, como trabajadores quienes sufrimos sus consecuencias mas devastadoras.

Y ante esto, la demanda de la incompetencia empresarial española, es la de reformar el mercado laboral. Acabar con los derechos de los trabajadores. Esa es su solución.

La reforma del sistema productivo es inaplazable. La reforma del modelo empresarial español, debería ser constitutivo de delito, el no realizarla ya.


Paco Fernández, agosto 2010


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