Cuando volvíamos de Madrid el pasado día 12, hubo unos momentos en el viaje, en los que casi todo era silencio. Esos momentos que aún sin querer, te hacen reflexionar. Y tengo que reconocer que fue agradable. Es más, fue algo así como reafirmación en que no está todo perdido. En que a la inmensa mayoria de las personas que estábamos haciendo ese viaje, no nos movía otra cosa que esa conciencia de clase que en tantas ocasiones damos por muerta, no sin razón.
Y esa misma sensación he tenido hoy, repasando entradas antiguas en nuestra Xarxa Sindical.
Es un privilegio el constatar como hay Secciones Sindicales y compañeros individuales que continuan en la brecha reivindicativa en posicionamientos firmes de rumbo claro. Compañeros y compañeras que merecen toda mi admiración por su constancia, que sin lugar a dudas se fundamenta en su conciencia sindical y social. Y que huyen de climas narcisistas y florecitas en el blog.
Me tranquiliza que estén ahí. Me reafirman cada vez que leo sus artículos, en que el sindicalismo socialista está vivo y ellos lo representan de forma clara.
Comparto con ellos sus posiciones críticas, por la legitimidad que les concede su actuación.
El camino que nos queda es largo y lleno de trampas. El lado oscuro de la fuerza ya se ha llevado a unos cuantos, aunque su apariencia sea normal. Pero en ese camino nos encontraremos. Luchando por lo que creemos y por lo que somos. La dignidad de la clase obrera.
Porque nunca suene a vacía la palabra compañero/a.
Paco Fernández, diciembre 2009